Así sea que uses la bicicleta para ciclismo deportivo o simplemente para ir a trabajar todos los días, hay un punto clave de la preparación que no debés pasar por alto: la alimentación e hidratación.
Sobre todo en esta época de frió, nunca está de más alistar tu cuerpo para evitar cualquier tipo de lesión muscular o fatiga. Y más allá del precalentamiento, hay algunos tips alimenticios sencillos de seguir y que empíricamente dan resultado.
Cuenta la Licenciada Alicia Crocco, en el diario Clarín ,que el consumo de hidratos de carbono entre 90 y 120 minutos antes de subirte a la bici se convierte en la principal fuente de energía de tu cuerpo. Estos componentes los podés encontrar en el pan, pastas, barras de cereales y hasta en el azúcar. En el caso de la práctica deportiva del ciclismo, la cual conlleva más esfuerzo físico y un tiempo mayor en el pedaleo, el consumo debería ser mayor. Cualquier especialista médico que consultes podrá darte más precisiones.
Como la alimentación es también importante durante la práctica deportiva, también recomiendan tener a mano frutos secos u otras frutas — como una banana — para incorporar en medio del trayecto o durante un descanso.
Del lado de los líquidos, si bien depende de la temperatura y del desgaste de la actividad, Crocco aconseja no confiarse y si es necesario beber agua o bebidas energéticas de más. Teóricamente, si bicicleteás por más de una hora, no deberías beber menos de 600 mililitros de líquido cada 60 minutos; si lo hacés por menos de una hora, con 300 ml. debería ser suficiente. Pero una vez más: es preferible tomar de más que de menos, sobre todo en verano.
Otra recomendación de la especialista es pesarse antes y después de la actividad: si perdiste más del 2% de tu peso se considera que estás en proceso de deshidratación.
En todos los casos, así hagas 10 cuadras o 10 kilómetros por día en bici, la
ayuda de un nutricionista nunca está de más.
Todos estos consejos sobre el consumo de alimentos y líquidos apuntan directamente a la acumulación de glucógeno en nuestro cuerpo. Las reservas de este polisacárido pueden llegar hasta los 800 gramos entre el hígado y los músculos en personas que entrenan mucho, pero pasada la primera hora y media de desgaste físico, si no reponés tu stock, se agotará, produciendo fatiga, cansancio y desprotegiendo los músculos, lo cual puede derivar en lesiones. En cambio, si vas reponiendo tu glucógeno acumulado, la fatiga llegará más tarde.
Resulta bastante elemental el tema de la hidratación: el estómago recibe menos sangre de la habitual durante el ejercicio físico y eso incentiva la deshidratación, pero para el momento en que sentimos sed, todo ese proceso ya está en marcha. Por eso hay que tomar agua constantemente durante la actividad aunque no sintamos la necesidad.
En el caso del ciclismo deportivo, los corredores suelen consumir pastas (hidratos de carbono) alrededor de tres horas antes de salir a la pista acompañadas de alguna salsa liviana; otros apuestan a yogures y cereales o incluso jugos nutritivos. Y durante la carrera, aconsejan consumir algo cada media hora.
El portal guiafitness.com nos cuenta que el desgaste del cuerpo durante la práctica del ciclismo es principalmente aeróbico. Y como el consumo de energía aumenta, es necesario prestarte atención a la cantidad de nutrientes que se consume previamente y también durante la actividad: el agua y el azúcar son dos componentes que se convierten en vitales, por lo que un poco de bebida energética cada 15 o 20 minutos es recomendada.
La misma fuente añade que un correcto proceso alimenticio no termina al bajar de la bici: esa misma noche viene
bien cenar pastas, arroces, verduras, lácteos o alimentos con proteínas, todo en busca de recuperar lo perdido lo antes posible.
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